El Santiago Bernabéu ha sido reconocido como el mejor estadio del mundo de 2024 por la World Football Summit (WFS), la principal plataforma para la industria del fútbol mundial, que entregará sus premios en una gala que se celebrará el 19 de septiembre en Sevilla. El premio pone en valor la «innovación única» llevada a cabo por el club madridista en diferentes aspectos del nuevo Santiago Bernabéu, como el césped retráctil con el sistema Hipogeo, un videomarcador de 360 grados y la piel que recubre el Bernabéu.
WFS pone de relieve que el Bernabéu se ha convertido «en centro cultural y turístico de la capital de España» dada la celebración de macroconciertos. Jan Alessie, cofundador de World Football Summit, declaró que «el Santiago Bernabéu no es solo un estadio; es una muestra del futuro de los recintos deportivos y de entretenimiento. Su combinación de tecnología de vanguardia, sostenibilidad y multifuncionalidad establece un nuevo estándar de lo que puede ser un estadio moderno. Es un punto de inflexión en la industria y un activo vital para la economía de Madrid».
Conviene resaltar esta distinción porque desde que Florentino comenzó a concebir y presentar en sociedad la remodelación del estadio, las primeras críticas comenzaron a surgir. Se escucharon alusiones al parecido que tendría el coliseo blanco con una lata de sardinas o una nave espacial. De repente surgieron numerosos «expertos» que tenían muchas lecciones que dar al presidente del Real Madrid sobre la construcción de un estadio.
Al margen de las críticas estéticas, respetables por definición, discutir con Florentino sobre estos asuntos suele ser una mala idea. Hoy ya podemos saber echando un ojo a las cuentas adelantadas por el Real Madrid, que el estadio podría generar más de 400 millones de euros al año en cuanto esté a pleno rendimiento. El negocio parece evidente y el reconocimiento de WFS parece una clara prueba de que desde fuera el Bernabéu es visto como algo revolucionario y puntero en cuanto a innovación.
Claro que han surgido dificultades. Resulta innegable que el ruido provocado por los conciertos está molestando a algunos vecinos. El club está buscando soluciones que hagan compatible la celebración de esos eventos y el descanso de los vecinos. A pesar de que algunos de los que se quejan parece que lo hagan con motivaciones que van más allá de su descanso.
Por último, no han sido pocas las acusaciones de que el Madrid se ha favorecido del trato con las instituciones. Más allá de que el Bernabéu ya está reportando mucho dinero a Madrid, cabe recordar que el proyecto inicial de reforma tuvo que ser cambiado para lograr el consenso con todas las partes implicadas. Tal fue la modificación que el Madrid perdió el acuerdo firmado con IPIC que le garantizaba financiar una parte importante de la obra.